Soy Charo, y esta semana me ha tocado el rol de facilitadora, la verdad que
pensaba que iba a ser más sencillo, pero no, una vez más me he vuelto a
sorprender. Son muchos los temas que hay que llevar al día, y tengo que estar
pendiente de mis compañeros por si se les olvida hacer algo estar yo ahí para
recordárselo.
También he tenido que ser yo la que ponía paz en los conflictos que se
generaban por tener distintas opiniones o querer hacer una cosa u otra, era
entonces donde entraba yo y decía lo que debíamos hacer cada uno para así estar
todos conformes y organizados.
Esta actividad nos está costando mucho trabajo, puesto que tenemos que
desplazarnos a otros lugares para buscar albergues y nos supone un problema
debido a los horarios de los autobuses y al coste de estos. Pero cuando se
tiene que hacer una cosa se hace y se intenta hacer lo mejor posible para
quedar satisfechos.
Nos ha sorprendido muchísimo el número de albergues sociales para personas
sin hogar que hay en Murcia, porque es muy bajo, sólo encontramos dos que
cumplieran los requisitos en la ciudad de Murcia, y nos pareció muy raro, ya
que Murcia es una ciudad y hay mucha gente que está en la calle sin hogar. Al
escoger el tema de los albergues nos pensábamos que sería más fácil encontrarlos
y que habría bastantes, pero ya vimos que estábamos equivocados. Lo bueno de
esta actividad es que si alguien nos pregunta por algún albergue de estas
características o similares vamos a poder ayudarles. De hecho ya lo hicimos
mientras mapeábamos, un ex presidiario nos preguntó si le podíamos enseñar el
folleto de la asociación RAIS y le explicamos un poco lo que sabíamos de esa
asociación y nos dijo que le habíamos servido de ayuda.
Esto de ser la facilitadora estresa muchísimo, porque como he dicho tengo
que estar “al loro” de todo lo que pasa a mi alrededor, me he tenido también
que encargar de Facebook, Twitter y como no del Gmail de EDUCE, desde donde nos
comunicamos con nuestros compañeros de Barcelona, aunque esto no me ha supuesto
mucho trabajo, ya que no nos contestaban los correos y tampoco hicieron su
parte a tiempo para que nosotros la pudiéramos exponer junto con la nuestra en
clase. Pensábamos que sería una experiencia divertida y diferente y que
podríamos tener “amistades” allí en Barcelona, pero no ha salido como nosotros
queríamos; no le echamos la culpa a nadie, ya que cada grupo o cada universidad
tiene una manera distinta de trabajar y de hacer las cosas.
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